Todos hemos escuchado alguna vez la leyenda de la llorona, aquella mujer que, dependiendo de las versiones, ha matado a sus hijo(s) o alguien se lo(s) arrebató y ahora por razones que igualmente varian según la versión, vaga por la tierra llorando su pérdida y en algunas versiones incluso llega a buscar el reemplazo de su(s) hijo(s). La razón de no afirmar ni singular ni plural al referirme a la descendencia de la llorona es porque este es un dato que también varía según la leyenda. Oscila entre uno y tres.
He de ser sincera, la primera vez que recuerdo haber escuchado esta leyenda fue en un episodio del chavo del 8. Por supuesto esa es la versión mexicana. Luego descubrí que en Ecuador también existe esa leyenda, pero al momento de buscar más informacion sobre la Llorona para este post, descubrí la infindad de versiones de la leyenda que existen. A continuación algunas de ellas.
Comencemos con la versión de mi país. La Llorona según nuestras leyendas era una mujer a quien su esposo abandonó. Tenía un bebé al que ahogó en un río en un episodio de locura, al recobrar su cordura, se echó al rio a buscarlo, pero solo encontró su pequeño cadaver al que le faltaba un dedo meñique. Fue entonces cuando se suicidó. Desde entonces vaga en busca del meñique de su bebé y corta este dedo de cualquier persona que se cruce en su camino.
En Argentina, La Llorona mató a sus hijos arrojándolos a un río; luego, debido a la culpa que sentía, se suicidó. Se le describe como una mujer alta y estilizada vestida de blanco, a la cual no es posible observarle la cara y en algunas ocasiones, tampoco los pies, por lo que parece que flota en el aire. Se aparece por los caminos lanzando grandes lamentos que enloquecen incluso a los perros, y en algunos relatos cumple la función de espíritu vengador al subirse a los caballos de los trasnochadores y matarlos de un helado abrazo mortal.
En Chile, una de las versiones de esta leyenda es la de la Pucullén, quien llora eternamente porque le quitaron a sy hijo, solo puede ser vista por gente cerca de la muerte, o quienes poseen habilidades especiales, y por supuesto los animales, como los perros, al verla o sentirla comienzan a gemir o aullar. Pero la Pucullén difiere un poco del patrón habitual de la leyenda ya que también es considerada como una guía para que los muertos lleguen al más allá y que llora amrgamente para que el difunto no decida regresara penar a su familia y para tratr de consolar a estos últimos por su pérdida.
Otra leyenda, oriunda de Valparaíso, dice que la llorona fue una mujer que, sin saberlo, se enamoró y se casó con el Diablo. Un día su esposo llegó temprano a casa y que ella había salido a comprar todo lo que necesitaba para preparar la comida, al no tener que comer y como ellá demoraba, el Diablo se vio obligado a matar a sus hijos. La mujer cuando regresó se encontró con esto y desconsolada lloraba todas las noches hasta que el Diablo no aguantó más. La encadenó a la cama y le enterró una estaca en el corazón. Es por esto por lo que la Llorona vaga por las calles llorando por sus hijos.
Las versiones colombianas son un poco aterradoras En estas la Llorona es el fantasma errante de una mujer que va vestida con una bata larga negra, de cabello largo cuya coloración varia según la versión (puede ser negro, plateado, café y dorado), su rostro es una calavera, en las cuencas de los ojos tiene bolas incandescentes. Las largas mangas de su bata cubren sus brazos y son sus grandes, huesudas y ensangrentadas manos arrulla a un bebé muerto.Se dice que al gemir derrama lágrimas de sangre sobre la mortaja del bebé quien conserva una expresión angelical y con sus ojos parece reprochar a su madre por asesinarlo.
Una de las versiones más conocidas en México dice que la llorona era una mujer indígena —criolla en algunas versiones— que tenía un romance con un caballero español. Fruto de esta pasión, nacieron tres niños, que la madre atendía siempre en forma devota. Cuando la joven comienza a pedir que la relación sea formalizada, el caballero la esquivaba, quizás por temor a lo que dirán. Un tiempo después, el hombre dejó a la joven y se casó con una dama española de alta sociedad. Cuando la mujer se enteró, dolida y totalmente desesperada, asesinó a sus tres hijos ahogándolos en un río o apuñalándolos, según la versión. Luego se suicida porque no soporta la culpa. Desde ese día, se escucha el lamento lleno de dolor de la joven en el río donde esto ocurrió.