En la mitología Filipina existe el Bal-Bal que es un monstruo que roba cadáveres ya sea durante el funeral o sacándolos de sus tumbas y se alimenta de ellos luego de lo cual deja un tronco de árbol de banano en su y crea la ilusión del cuerpo para que nadie note el robo.
Tiene un sentido del olfato desarrollado que percibe el olor del ser humano muerto. Posee garras y dientes lo suficientemente fuertes para romper la ropa de los muertos y, debido a su alimentación necrófaga, tiene un aliento horrible.