El día de hoy, 9 de Octubre, voy a poner una leyenda de mi ciudad.
En varias ocasiones había escuchado que Víctor Emilio Estrada pena cerca del cementerio, pero nunca había sabido el por qué. Resulta ser que, según las leyendas, el ex-presidente del Ecuador habría hecho un pacto con el diablo, aunque el motivo del pacto no es alcarado (supongo que poder, dinero o algo por el estilo) el pacto contemplaba la cláusula de que iba a ser el diablo en persona quien viniera a llevarselo cunado muriera, pero Víctor Emilio Estrada mando a construir su tumba de cobre para evitar que se lo lleve (no se que poderes sobrenaturales tiene el cobre).
Cuando murió Víctor Emilio Estrada y el diablo se vio imposibilitado de llevarselo al infierno asignó a un par de demonios a que ronden la tumba y no lo dejen descansar en paz.
Es por esto que cada noche Víctor Emilio Estrada abandona su tumba cerca de las once de la noche y, ataviado con su traje de gala y su sombrero de copa, sale del Cementerio General de Guayaquil por la puerta uno. Según cuenta la leyenda, se queda conversando con las personas que esperan bus e incluso algunos taxistas reportan haberlo transportado en altas horas de la noche a una casa o en otras ocasiones de vuelta al cementerio