
¿Qué es más surrealista que una obra de teatro que trata sobre el ensayo de otra obra? Pues la respuesta en este caso es una obra de teatro que trata sobre el ensayo de otra obra que es interrumpido por la materialización de seis personajes ávidos (menos uno) de contar su historia para que un autor la traslade al papel y les de “vida”.
Cual fantasmas los personajes llegan al teatro, donde el director no muy convencido los escucha (a los que hablan claro está) y hace que los “actores”, a regañadientes, los representen. Pero a cada momento los personajes objetan. Esta constante interrupción causa molestias al director y al apuntador que están transcribiendo los dialogos.
Esta obra de teatro es en definitiva una alegoria del proceso creativo donde el autor visualiza sus escenas y las escribe y re-escribe hasta alcanzar la mejor versión posible. Es una representación del proceso en que los personajes parecen contar sus historias siendo canalizados por la pluma
Nota: este libro fue leido en 2015 y este es un post tardio.
👌
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