Esta novela narra la vida del magistrado de un pequeño pueblo que, siendo parte del imperio británico, se encuentra ubicado en Sudáfrica. A través de su caída en desgracia somos testigos de los abusos de autoridad contra prisioneros, del racismo que llevaba a los habitantes del pueblo a ver como demonios a estos bárbaros que en este caso eran los hombres blancos y lo más preocupante es que esta novela nos indica que este proceso es algo cíclico.
Nota: este es un post tardío de un libro que leí en Enero de 2017