
Este libro inicia con una premisa interesante: ¿qué sucedería si de repente nadie muere? Y es justo eso lo que sucede en el país sin nombre que nos pinta Saramago
La reina es la primera persona de la que sabemos, al borde de la muerte, pero viva pues desde Año Nuevo nadie muere. Luego tenemos la visión macro: las victimad de accidentes que de otra forma no hubieran sobrevivido quedan en un estado de “muerte aplazada” y los ancianos que van manteniéndose con vida a pesar de su edad o de sus dolencias.
Es aquí donde comenzamos a ver los impactos que sufre la economía del país. La industria funeraria entra en crisis a tal punto de que comienzan a ofrecer sus servicios para las mascotas que son las únicas que continúan muriendo. Las aseguradoras también sufren pues ya no existe una expectativa de vida y sus pólizas de este ramo comienzan a generar problemas. También esta el problema principal de esto que es obvio. Al no morir, tanto los moribundos como sus familiares comienzan a sufrir inmensamente. Es por esto que nace la maphia (con ph en vez de f para diferenciarse de la otra) para encargarse de sacar a todos aquellos que quieren morir fuera del país.
Finalmente la muerte da la cara, mediante un comunicado donde expresa que va a retomar sus actividades con una variante. Ahora avisará con una semana para que la persona tenga tiempo de poner sus asuntos en orden. Es así como inician la repartición de sobres morados.
Pero por error una carta no llega a tiempo y su destinatario no muere. La muerte resuelve investigar que ha sucedido y por supuesto, quiere corregir este error y para hacerlo decide tomar forma humana. Así conoce al Violonchelista a quien comienza a seguir y a conocer hasta que termina enamorandose de él.
Es así como el libro termina con la misma frase que empieza “Al día siguiente nadie murió”
Creo que dentro de este libro la forma de abordar el caos que sería si nadie muere y todos siguen simplemente envejeciendo me pareció realista a pesar de la imposibilidad de dicha situación. En este sentido toca un tema con el que nos podemos indentificar facilmente: las ganas que tenemos de no perder a nuestros seres queridos. No es facil aceptar que todos moriremos algún día.
La división de la muerte por país me pareció interesante porque la representación de la muerte suele ser solo una muerte global. El autor crea con la muerte como personaje a un ser complejo quien a pesar de cumplir un rol importante, es tan temida que hace que se harte de su trabajo y decida protestar.
En general, he disfrutado bastante de este libro al igual que con los otros que he leído de Saramago. Su estilo de escritura, casi sin signos de puntuación, sin uso de nombres para los personajes me parece que le da una fluidez a la narrativa a pesar de que hace que sea confuso si uno no está acostumbrado.